jueves, 3 de abril de 2014

Sombras y cacería



El camino se me torna complicado, ¿cuánto llevo andando ya?
llevo dando tumbos quizás demasiado tiempo, tanto que no puedo contar los pasos
que las huellas del principio se borraron cuando por fin subió la marea
Han habido tramos duros, he sentido cuchilladas en las pisadas
he cargado más peso que el que pueda soportar la espalda más fuerte
he tenido que volver hacia atrás a buscarme cuando me perdía.




Como el caballero de la armadura oxidada he ido dejando pedacitos de mí en la travesía
pero mi armadura, en lugar de debilitarse se ha solidificado, penetrando la sal en mis poros y echando raíces
Una armadura de viento, lágrimas y sueños muertos
de fantasmas...
Esos fantasmas que se esconden bien, que se arraigan en los archivos más profundos
objetos clasificados los cuales no se deben abrir
Sombras contenidas dentro de la caja de Pandora que, al abrirse siembran el caos en mi universo sideral




El problema radica en la bifurcación, el momento en el que elegir un camino que tomar
hay tantos fantasmas que no veo la luz en ninguno de ellos, la niebla es demasiado espesa
Intensa la rabia que siento conmigo más que con nadie. Este maldito pulso cabeza corazón que me mantiene alerta, inerte, despierta, que no me deja cerrar los ojos para permitirme tener esperanza en nada

Es el saber que seguiré arrastrando toda la mierda, como la bola a la que ataban a los presos, y pesa como el plomo, y se me caen las ganas al suelo, y siento que debería tirarme en medio de la tierra húmeda y oler ese aroma que se antoja deseable, y dejarme abrazar por el viento, dejar que me sobrevuelen las sombras..
y sin explicación nazca un pequeño rayo solar entre las puñeteras y grises nubes que me aplastan hacia el centro
y sea para mí







Siento que se me ahoga la voz, que no quiero recordar ni abrir paso a la verdad que es.. oh, es tan cabrona
los mayores asesinos son los recuerdos, y todavía no los he visto cumplir ninguna condena
ya la cumplo yo por ellos



Puede que, algún día y con un poco de suerte el suelo tiemble y venga dando tumbos la seguridad que perdí cuando perdí todo lo demás. Y la ilusión. Algo, que vuelva algo
y me haga levitar

Algo de autodestrucción


No sentir más que me faltan piezas, no sentir que tengo los engranajes rotos, no sentir que no siento nada, no fingir que los hilos que tiran de mi sonrisa no existen. No querer dormir nada más despertar.




A veces pienso si realmente los fantasmas son proyecciones de mi propria sombra o realmente son los residuos cósmicos de esos recuerdos putrefactos. Y así nunca sabemos quién es quién. Así solo conseguimos revolcarnos y salpicarnos con la culpabilidad mientras recogemos las maletas a escondidas. 
Ahora ya no se ni qué pensar, ni qué sentir. 
Noto la jodida opresión en mi pecho que me estrangula cuando nadie mira. Y me quedo inmóvil, dejándola continuar, como si me mereciera el dolor, como si todavía me faltaran penitencias.

No puedo saltar al vacío sin más, no puedo abrirme, no puedo, no puedo. Entonces sólo estaría preparándome para el gran impacto que me devuelve aquí, al cajón en mi ático.



Yo quería ser espectáculo.

Tranquilo miedo; ganas tú, ganas tú..








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