A veces no se si es el mensaje o lo que uno espera escuchar. A veces no se si es la visceralidad o la vehemencia.
A veces me gusta pensar que apartamos el orgullo del motivo propio y nos escuchamos abiertamente. A veces me gusta pensar que no tienes que decir nada para que el otro te entienda. Pero eso no pasa, no en la vida, sí en los cuentos que nos gusta escuchar.
La vida no se puede aplicar a la filosofía aunque la filosofía sí se puede aplicar a la vida.
Cabeza y corazón y su eterna lucha.
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