martes, 22 de octubre de 2013

Un día de furia





Siempre es más fácil hablar de otro que de mí.
Estoy esperando a que caiga de un árbol, como por arte de magia esa idea, esa esperanza, ese motivo, ese algo que me impulse a subir a la superficie y tome mi próxima bocanada de oxígeno.


Porque sí, me siento como si estuviera solo a un metro de la superficie pero me hubiera enredado entre las rojas algas, y la luz, cada vez más real pero leve se esfuma entre mis dedos.
Quiero salir y poder recuperar mi voz, recuperarme a mí.

A ver cuando te encuentro.
Quiero caminar sobre el agua.
No quiero sentir más que no puedo respirar.


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